Concatedral Basílica de Santa María Assunta

Si paseas por la hermosa ciudad artística de Atri (Te), no puedes perderte la hermosa Iglesia Concatedral de Santa María Assunta, un importante ejemplo de la evolución de la vida artística y sagrada de los Abruzos.

Construida entre 1260 y 1305 sobre los restos de una iglesia de los siglos IX-X, edificada a su vez sobre un antiguo complejo termal romano y destruida durante el siglo siguiente, es un soberbio ejemplo de arquitectura medieval. La solemne y majestuosa fachada está adornada con un portal gótico de Raimondo di Poggio.

Fíjate en cada detalle, empleando tu tiempo en observar cada pequeño elemento ornamental. Colócate frente a la majestuosa fachada y enfoca tu mirada en el gran rosetón central, bellamente tallado, en cuya parte superior hay un nicho que aloja una estatua de una Virgen con el Niño.

Es momento de entrar en la Concatedral y recorrer las tres naves divididas por arcos. Ten cuidado de no perderte la peculiar estatuilla del segundo pilar de la derecha, donde podrás admirar a una mujer retratada con el traje tradicional atriano.

Antes de llegar a la verdadera joya de la iglesia, mira hacia abajo y contempla a través de las losas de cristal del presbiterio el suelo de un antiguo edificio termal romano. Si vuelves a mirar hacia arriba, encontrarás el baptisterio del siglo XVI, de origen lombardo y que data de los siglos XIII-XIV.

Y a continuación, déjate seducir por los frescos del coro de los Canónigos, obra maestra de André de Litio, pintados entre 1460 y 1470. Estos frescos, que relatan la vida de Jesús, son conocidos por sus intensos detalles y escenas de la vida cotidiana que hacen que la historia sea accesible y conmovedora.

Prosiguiendo, encontrarás el Claustro de la Concatedral, un excelente ejemplo de arquitectura medieval construido a principios del siglo XIII, donde habitaron primero los Padres Cistercienses y luego los Canónigos del Cabildo Catedralicio. En el siglo XV se utilizó como cementerio episcopal dedicado al enterramiento de los obispos de la diócesis, los prebendados atriatas y ciudadanos ilustres.

Bajando una escalera exterior se accede al conservatorio del agua, donde destacan el portal y las cuatro ventanas que decoran el lado de la entrada, obras de la segunda mitad del siglo XII.

Visitar la Concatedral Basílica de Santa María Assunta significa zambullirse en una atmósfera de tranquilidad y espiritualidad. Programa tu visita y déjate encandilar por la belleza imperecedera de este extraordinario lugar sagrado.

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